ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE PARA LAS MUJERES EMBARAZADAS

Querida María,

Tu mensaje de amor y cuidado desde la colina del Tepeyac
flotó como una canción de cuna cadenciosa
en el dorado y fresco amanecer.
En voz baja llamaste a Juan Diego,
“El último de tus hijos“
un hombre de mediana edad,
pero inocente e infantil en espíritu.

A través de él invitaste a todos tus hijos a ir a hacia ti,
la siempre Virgen Madre de Dios,
para mirarte como una madre
Que sólo quería mostrar el amor de una madre.
Les darías lo que necesitaran,
ayuda y protección,
fuerza y comodidad.
Como última prueba nos dejaste
tu propia imagen maravillosa,
que no fue hecha por manos humanas.

Hoy te traemos a
nuestro/a niño/a (aún no nacido/a).
Que este pequeño siempre te conozca
y ame como Santa María,
Madre del verdadero Dios
en quien vivimos y tiene nuestro Ser.
Que esta nueva alma,
Sopló el fresco del creador,
Dando vida al cuerpo,
sea como el alma de Juan Diego,
simple, pura y buena.

Querida Señora de Guadalupe,
toca este pétalo de nuestros corazones
con las rosas invernales del Tepeyac,
para que la fragancia de alegria y paz
Puede extenderse a lo largo de su camino
al inicio de su vida.

Toma este niño como propio.
Señora hermosa y recatada,
envuelto en el manto de tu cuidado,
Cuando hasta el día en una nueva tierra,
todos los niños se unan contigo,
Su madre misericordiosa,
Dando gracias y alabanza sin fin
a Dios el Padre,
Hijo y Espíritu Santo.